Pesquera de Ebro 09146 - Burgos
Pesquera de Ebro
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Casas Torre y Palaciegas Cuando tocamos este tema, debemos hablar sin duda de un edificación, el Torrejón, del que desgraciadamente no tenemos ninguna imagen aunque sí queda documentada en diversos pliegos como el que transcribimos donde residía un lugarteniente del Marqués de Aguilar. Todavía recuerdan su domicilio unos grandes paredones junto a la plaza, a los que la gente llama el Torrejón. Esto explica el por qué la portada ojival de la parroquia está a ese lado y muy a trasmano de la población. Esta portada aparece actualmente tapiada, pero nosotros la hemos conocido abierta Francisco Escalada, S. J. En el Castillo de Javier. Año 1944. Este escrito nos aporta información para desvelar la incógnita del porqué la puerta sur tapiada de la iglesia, la cual estaba embocada a un edificio también hoy desaparecido que estaba justo enfrente, de entrada descartaremos la posibilidad de que se tratase de un Torreón, ya que no hay constancia de que existiera un castillo, por lo que parece apropiada la acepción mantenida en el pueblo de Torrejón, pudiendo tratarse de la residencia principal de la familia Merino, debió ser la torre más elevada del pueblo, de joven recuerdo haber visto un túmulo de piedras como último vestigio de lo que fue. Hoy, podemos apreciar como edificios singulares las cuatro casas torres que limitan al pueblo, y que desde el alto hazadillo se pueden observar perfectamente, dos al este del pueblo y las otras dos al oeste. En la del este en el camino a Bárcena, en el barrio de los Giles, se aprecian todavía las maravillosas troneras y su fabuloso escudo de los Merino, posiblemente esta sea de las primeras casa en el pueblo, por supuesto anterior a 1557 y en el que el yelmo del escudo mira hacia la izquierda, haciéndonos partícipes de que aún no era antigua la hidalguía, haciéndonos sospechar por su construcción que sea una de las primeras casas de la familia en el asentamiento definitivo. La otra maravillosa torre que apreciamos en el ala este es de los Ruiz de Allende, bastante más moderna y acabada en su totalidad de piedra labrada de una construcción impecable, en las torres del barrio en Cabo, la primera torre no cuenta con escudo principal sin embargo si lo tiene muy desgastado, que no llega a apreciarse su hidalguía, en su fachada trasera, la última torre, en esta zona oeste, también fue de los Merino casi en la salida del pueblo muy cerca de una zona que trataremos antes de acabar este post. La disposición de estas cuatro torres no tiene ningún carácter defensivo, más bien de resaltar sobre el resto, esto siempre ha gustado, que se note sobre los pecheros, había dos modos de resaltar, bien por altura o bien por gallardía de la casa, quizás fuese más económica la altura que los metros de construcción y su calidad, ya que si algo tienen en común las torres es que de tamaño no son adalides. Como casa palaciega, en pie, podemos disfrutar en la entrada sur del pueblo, del debido a Juan Escalada en el siglo XVII, que fue descendiente del Capitán Escalada y que fue restaurado a principios del siglo XXI por sus herederos, resaltar su fabulosa fachada y escudo, la casa superior también fue de la familia pero no era palaciega aunque de un acabado igual de esmerado, y correspondería a otro familiar Andrés de Escalada. Anteriormente, debió existir otro palacio en la parte Oeste de Pesquera de Ebro, justo donde acaba la Torre de los Merino, del que hoy no queda el menor vestigio, es una tierra, en la que hay un par de cerezos, a esa tierra se la llama El Palacio, dicen los mayores que aún se acuerdan de haber visto las piedras de sillería, que fueron usadas para otras construcciones. Es muy posible esta localización si observamos el muro que todavía queda a la izquierda del camino y si nos fijamos en la entrada trabajada que dispone al finalizar la misma, esto no era habitual para una finca de labranza. Según parece era otra morada para alguna de las numerosas ramas de la familia Merino, me inclino por descendientes directos de Pedro Merino posiblemente con los Gallo, que dice la leyenda, que los señores iban a misa, sin hoyar tierra ajena, cruzando todo el pueblo, es decir, al contrario que hoy, en aquellos años todas las tierras eran de la familia Merino. También se comentaba que si había pasadizos, lo cual hoy es muy difícil de averiguar al no encontrar ni el mínimo soporte escrito de ello. Lo que queda claro es que hemos perdido tanto el Torrejón como El Palacio, posiblemente a partir de la decadencia de la familia desde finales del siglo XVII, los costes y mantenimientos también serían muy onerosos y difíciles de sufragar. Además de las edificaciones mencionadas, hay muchas otras magníficas estructuras, casi la mayoría, son casonas, de descanso y placer, solariegas, etc.
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Casas Torre y Palaciegas Cuando tocamos este tema, debemos hablar sin duda de un edificación, el Torrejón, del que desgraciadamente no tenemos ninguna imagen aunque sí queda documentada en diversos pliegos como el que transcribimos donde residía un lugarteniente del Marqués de Aguilar. Todavía recuerdan su domicilio unos grandes paredones junto a la plaza, a los que la gente llama el Torrejón. Esto explica el por qué la portada ojival de la parroquia está a ese lado y muy a trasmano de la población. Esta portada aparece actualmente tapiada, pero nosotros la hemos conocido abierta Francisco Escalada, S. J. En el Castillo de Javier. Año 1944. Este escrito nos aporta información para desvelar la incógnita del porqué la puerta sur tapiada de la iglesia, la cual estaba embocada a un edificio también hoy desaparecido que estaba justo enfrente, de entrada descartaremos la posibilidad de que se tratase de un Torreón, ya que no hay constancia de que existiera un castillo, por lo que parece apropiada la acepción mantenida en el pueblo de Torrejón, pudiendo tratarse de la residencia principal de la familia Merino, debió ser la torre más elevada del pueblo, de joven recuerdo haber visto un túmulo de piedras como último vestigio de lo que fue. Hoy, podemos apreciar como edificios singulares las cuatro casas torres que limitan al pueblo, y que desde el alto hazadillo se pueden observar perfectamente, dos al este del pueblo y las otras dos al oeste. En la del este en el camino a Bárcena, en el barrio de los Giles, se aprecian todavía las maravillosas troneras y su fabuloso escudo de los Merino, posiblemente esta sea de las primeras casa en el pueblo, por supuesto anterior a 1557 y en el que el yelmo del escudo mira hacia la izquierda, haciéndonos partícipes de que aún no era antigua la hidalguía, haciéndonos sospechar por su construcción que sea una de las primeras casas de la familia en el asentamiento definitivo. La otra maravillosa torre que apreciamos en el ala este es de los Ruiz de Allende, bastante más moderna y acabada en su totalidad de piedra labrada de una construcción impecable, en las torres del barrio en Cabo, la primera torre no cuenta con escudo principal sin embargo si lo tiene muy desgastado, que no llega a apreciarse su hidalguía, en su fachada trasera, la última torre, en esta zona oeste, también fue de los Merino casi en la salida del pueblo muy cerca de una zona que trataremos antes de acabar este post. La disposición de estas cuatro torres no tiene ningún carácter defensivo, más bien de resaltar sobre el resto, esto siempre ha gustado, que se note sobre los pecheros, había dos modos de resaltar, bien por altura o bien por gallardía de la casa, quizás fuese más económica la altura que los metros de construcción y su calidad, ya que si algo tienen en común las torres es que de tamaño no son adalides. Como casa palaciega, en pie, podemos disfrutar en la entrada sur del pueblo, del debido a Juan Escalada en el siglo XVII, que fue descendiente del Capitán Escalada y que fue restaurado a principios del siglo XXI por sus herederos, resaltar su fabulosa fachada y escudo, la casa superior también fue de la familia pero no era palaciega aunque de un acabado igual de esmerado, y correspondería a otro familiar Andrés de Escalada. Anteriormente, debió existir otro palacio en la parte Oeste de Pesquera de Ebro, justo donde acaba la Torre de los Merino, del que hoy no queda el menor vestigio, es una tierra, en la que hay un par de cerezos, a esa tierra se la llama El Palacio, dicen los mayores que aún se acuerdan de haber visto las piedras de sillería, que fueron usadas para otras construcciones. Es muy posible esta localización si observamos el muro que todavía queda a la izquierda del camino y si nos fijamos en la entrada trabajada que dispone al finalizar la misma, esto no era habitual para una finca de labranza. Según parece era otra morada para alguna de las numerosas ramas de la familia Merino, me inclino por descendientes directos de Pedro Merino posiblemente con los Gallo, que dice la leyenda, que los señores iban a misa, sin hoyar tierra ajena, cruzando todo el pueblo, es decir, al contrario que hoy, en aquellos años todas las tierras eran de la familia Merino. También se comentaba que si había pasadizos, lo cual hoy es muy difícil de averiguar al no encontrar ni el mínimo soporte escrito de ello. Lo que queda claro es que hemos perdido tanto el Torrejón como El Palacio, posiblemente a partir de la decadencia de la familia desde finales del siglo XVII, los costes y mantenimientos también serían muy onerosos y difíciles de sufragar. Además de las edificaciones mencionadas, hay muchas otras magníficas estructuras, casi la mayoría, son casonas, de descanso y placer, solariegas, etc.