Pesquera de Ebro 09146 - Burgos
Pesquera de Ebro
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Puente Medieval En su entrada norte, sobre las hoces del Ebro, se accede al pueblo por un sólido puente medieval de estilo románico, construido posiblemente a mediados del siglo IX, cuando aún estaba el monasterio de San Justo y Pastor, esta es una de la pocas joyas que nos quedan y que debemos conservar. Ha sufrido repetidas y grandes riadas y supongo que más de un quebradero por desgaste, pero ahí sigue vigilante con sus enormes tres ojos. Este puente fue construido para facilitar la circulación hacia Burgos, ya que se debía abonar a San Pedro de Cardeña, el diezmo en vino, por lo que parece que anteriormente existiría otro paso, quizás en la zona de Los Castreros, hasta que se edificaría el puente actual, que posiblemente coincida con la creación de Pesquera de Ebro en la zona actual, aunque su desarrollo debió ser al principio de pequeños caseríos dispersos, hasta que se asentó sobre el siglo XIV. El puente se construiría gracias a los monjes que en el siglo X se asentaron en el monasterio de San Justo y Pastor para el paso a Burgos, si bien de esa edificación al igual que de otras, como las que están indicadas en San Vicente y San Julián, no quede el más mínimo vestigio. Existen características comunes de los puentes medievales de estos siglos y los que se fueron erigiendo posteriormente a lo largo de la Edad Media hasta la llegada del Renacimiento. La mayoría tiene un número de ojos o arcos impar, los arcos de los puentes medievales pueden ser de medio punto en época románica y al final de la Edad Media cuando se vuelve a imponer el arco semicircular con motivo de los nuevos aires renacentistas o ligeramente apuntados en los siglos góticos. El puente está construido en sillería y en mampostería. Consta de tres arcos, de distintas luces y de medio punto. Se apoya sobre machones o pilares con dos tajamares de planta triangular orientados aguas arriba para dividir la corriente y aliviar la presión ejercida y dos espolones rectangulares. La calzada tiene un perfil ligeramente inclinado hacia las dos márgenes, esto puede ser derivado de las continuas capas de asfaltado, y presenta cuatro apartaderos que se corresponden con los machones, es decir los de aguas arriba triangulares y los otros rectangulares. Está flanqueado por pretiles para la protección del viandante, construidos en grandes sillares. En el año 2004, por fin una actuación dirigida a la conservación del patrimonio tras muchos requiebros, se han asegurado los cimientos del puente y redirigido las corrientes, de modo que ya no impactan de lleno, sino que el cambio de velocidad se produce tras atravesar el puente, relajando de este modo el golpe de ariete que podría sufrir el puente en caso de inundaciones, como las sufridas a finales del 2019. Actualmente está en curso una nueva restauración debida a los embates sufridos por grandes vehículos que intentan cruzarlo sin éxito.
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Puente Medieval En su entrada norte, sobre las hoces del Ebro, se accede al pueblo por un sólido puente medieval de estilo románico, construido posiblemente a mediados del siglo IX, cuando aún estaba el monasterio de San Justo y Pastor, esta es una de la pocas joyas que nos quedan y que debemos conservar. Ha sufrido repetidas y grandes riadas y supongo que más de un quebradero por desgaste, pero ahí sigue vigilante con sus enormes tres ojos. Este puente fue construido para facilitar la circulación hacia Burgos, ya que se debía abonar a San Pedro de Cardeña, el diezmo en vino, por lo que parece que anteriormente existiría otro paso, quizás en la zona de Los Castreros, hasta que se edificaría el puente actual, que posiblemente coincida con la creación de Pesquera de Ebro en la zona actual, aunque su desarrollo debió ser al principio de pequeños caseríos dispersos, hasta que se asentó sobre el siglo XIV. El puente se construiría gracias a los monjes que en el siglo X se asentaron en el monasterio de San Justo y Pastor para el paso a Burgos, si bien de esa edificación al igual que de otras, como las que están indicadas en San Vicente y San Julián, no quede el más mínimo vestigio. Existen características comunes de los puentes medievales de estos siglos y los que se fueron erigiendo posteriormente a lo largo de la Edad Media hasta la llegada del Renacimiento. La mayoría tiene un número de ojos o arcos impar, los arcos de los puentes medievales pueden ser de medio punto en época románica y al final de la Edad Media cuando se vuelve a imponer el arco semicircular con motivo de los nuevos aires renacentistas o ligeramente apuntados en los siglos góticos. El puente está construido en sillería y en mampostería. Consta de tres arcos, de distintas luces y de medio punto. Se apoya sobre machones o pilares con dos tajamares de planta triangular orientados aguas arriba para dividir la corriente y aliviar la presión ejercida y dos espolones rectangulares. La calzada tiene un perfil ligeramente inclinado hacia las dos márgenes, esto puede ser derivado de las continuas capas de asfaltado, y presenta cuatro apartaderos que se corresponden con los machones, es decir los de aguas arriba triangulares y los otros rectangulares. Está flanqueado por pretiles para la protección del viandante, construidos en grandes sillares. En el año 2004, por fin una actuación dirigida a la conservación del patrimonio tras muchos requiebros, se han asegurado los cimientos del puente y redirigido las corrientes, de modo que ya no impactan de lleno, sino que el cambio de velocidad se produce tras atravesar el puente, relajando de este modo el golpe de ariete que podría sufrir el puente en caso de inundaciones, como las sufridas a finales del 2019. Actualmente está en curso una nueva restauración debida a los embates sufridos por grandes vehículos que intentan cruzarlo sin éxito.