Pesquera de Ebro 09146 - Burgos
La Olma de Pesquera de Ebro La olma es un olmo especialmente grande y frondoso. No hay olmos hembras y machos, pero estos olmos grandes y centenarios, que nos acogen debajo de sus ramas y de sus hojas con una especial ternura, y nos transmiten su frescura, su paz y su serenidad, tienen género femenino. Quizás porque su aire, cuando nos situamos debajo de ellas, nos hacen sentir su ancestral abrazo maternal: el abrazo de la naturaleza y de la tierra. Las grandes olmas, en los pueblos de Castilla, crecían centenarias bien en las plazas de los pueblos o al lado de las ermitas y de las iglesias. En ellas acogían bajo sus ramas con amor a los vecinos y a los feligreses. La epidemia de grafiosis, un hongo que ataca a estos árboles, ha ido acabando con la mayoría de los olmos de Castilla, de tal manera que se estima que actualmente tan solo perviven un cinco por ciento de los olmos que había hace cincuenta años. Debajo de las olmas de las plazas de los pueblos se celebraban las asambleas vecinales, y durante el paso de los años y de los siglos estas olmas contemplaban las generaciones de vecinos que se sucedían debajo de sus ramas. No diré que eran innumerables, más bien diría que escasas, de hecho la de Pesquera de Ebro no tenía parangón en toda la comarca. La nuestra dice la tradición que se plantó cuando Juan de Escalada acondicionó la nueva entrada de la iglesia y realizó la plaza y el crucero que ahora recordamos, allá por 1687 y verdeó hasta finales del siglo XX (1990) no llegó a ver el nuevo milenio. La grafiosis que afectó a todas las olmedas de la península desde 1986, acabó con ella. Se intentó, bien o mal, mantener su fabuloso tronco, cada día estaba más afectado e inclinado hasta el 7 de julio de 2020 que no quedó más remedio que derribarlo ya que podía provocar un accidente. Era habitual en Cantabria, Norte del Ebro, Euskadi y La Rioja el plantar lo que se llamaba el árbol de la vida, con carácter tanto religioso como político. Cabe entender que el origen ancestral de esta tradición pudiera ser tanto pagano como cristiano, ya que ambos los autrigones y los cristianos la mantenían. Sirva este pequeño alegato como recuerdo de nuestra Olma y ayude a recordar y mostrar a las generaciones más jóvenes y las venideras, la suerte que tuvimos los que pudimos disfrutar de su frondosidad, y para que perdure queda incluida como alma central en el escudo de Pesquera de Ebro. Pesquera de Ebro a 29 de septiembre del 2020 Bibliografía: https://www.carlosdeiracheta.com/
Pesquera de Ebro
Pesquera de Ebro 09146 - Burgos
La Olma Pesquera de Ebro La olma es un olmo especialmente grande y frondoso. No hay olmos hembras y machos, pero estos olmos grandes y centenarios, que nos acogen debajo de sus ramas y de sus hojas con una especial ternura, y nos transmiten su frescura, su paz y su serenidad, tienen género femenino. Quizás porque su aire, cuando nos situamos debajo de ellas, nos hacen sentir su ancestral abrazo maternal: el abrazo de la naturaleza y de la tierra. Las grandes olmas, en los pueblos de Castilla, crecían centenarias bien en las plazas de los pueblos o al lado de las ermitas y de las iglesias. En ellas acogían bajo sus ramas con amor a los vecinos y a los feligreses. La epidemia de grafiosis, un hongo que ataca a estos árboles, ha ido acabando con la mayoría de los olmos de Castilla, de tal manera que se estima que actualmente tan solo perviven un cinco por ciento de los olmos que había hace cincuenta años. Debajo de las olmas de las plazas de los pueblos se celebraban las asambleas vecinales, y durante el paso de los años y de los siglos estas olmas contemplaban las generaciones de vecinos que se sucedían debajo de sus ramas. No diré que eran innumerables, más bien diría que escasas, de hecho la de Pesquera de Ebro no tenía parangón en toda la comarca. La nuestra dice la tradición que se plantó cuando Juan de Escalada acondicionó la nueva entrada de la iglesia y realizó la plaza y el crucero que ahora recordamos, allá por 1687 y verdeó hasta finales del siglo XX (1990) no llegó a ver el nuevo milenio. La grafiosis que afectó a todas las olmedas de la península desde 1986, acabó con ella. Se intentó, bien o mal, mantener su fabuloso tronco, cada día estaba más afectado e inclinado hasta el 7 de julio de 2020 que no quedó más remedio que derribarlo ya que podía provocar un accidente. Era habitual en Cantabria, Norte del Ebro, Euskadi y La Rioja el plantar lo que se llamaba el árbol de la vida, con carácter tanto religioso como político. Cabe entender que el origen ancestral de esta tradición pudiera ser tanto pagano como cristiano, ya que ambos los autrigones y los cristianos la mantenían. Sirva este pequeño alegato como recuerdo de nuestra Olma y ayude a recordar y mostrar a las generaciones más jóvenes y las venideras, la suerte que tuvimos los que pudimos disfrutar de su frondosidad, y para que perdure queda incluida como alma central en el escudo de Pesquera de Ebro. Pesquera de Ebro a 29 de septiembre del 2020 Bbliografía: https://www.carlosdeiracheta.com/